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viernes, 15 de agosto de 2014

La llamada II

Para realizar el siguiente ejercicio necesitarás la ayuda de otra persona.
Busca una zona de trabajo que sea alargada y evita que haya elementos distractores para tu perro. Una vez allí, pedirás a la otra persona que se coloque en un extremo con tu perro atado con su correa y collar.
Tú te colocarás en el otro extremo y llamarás a tu perro con entusiasmo, tienes que captar totalmente su atención y animar al can para que acuda a tu lado. Mientras tanto tu ayudante no hablará ni distraerá al perro. Cuando el perro acuda en tu dirección , tu ayudante soltará la correa y le dejará que vaya hacia ti.

Si el perro intenta pararse o acudir en otra dirección que no sea la correcta, tendrás que centrar su atención en ti y reforzar la llamada con palmadas, moviendo las manos suavemente, etc. Hay perros que acuden mejor cuando te agachas y les llamas desde su mismo nivel. Hagas los movimientos que hagas, recuerda que tiene que ser algo agradable, no le asustes, ni resultes amenazador.
Una vez que el perro haya llegado donde ti, prémialo con entusiasmo: con la voz (ej. ¡muy bien!)  con caricias, con comida, con cualquier cosa que sepas que le gusta, independientemente de lo que haya tardado en llegar.
Puedes repetir el ejercicio todas las veces que quieras, siempre premiando cuando llegue a ti. Recuerda que es importante que las sesiones de trabajo sean cortas para que el perro no se aburra, sobretodo cuando trabajamos con cacharros, y termina siempre las sesiones cuando haya realizado correctamente el ejercicio para que tenga ilusión por repetirlo otro día.
Una vez que tu perro haya aprendido correctamente el ejercicio, puedes comenzar a realizarlo sin tu ayudante y sin correa, en el mismo lugar de trabajo.
Para este ejercicio y para los posteriores, ten en cuenta que cuando el perro está aprendiendo algo no debes regañarle nunca porque lo haya hecho mal, así solo conseguirás que se frustre, volviendo al perro reactivo.
  • Importante. Durante la fase de aprendizaje, si hay que corregir algo que está realizando mal le diremos un “no informativo”, el tono de voz en este caso será algo así como eh-eh, que vendría a ser un ¡así no! .
  • Mientras que cuando hemos confirmado que conoce perfectamente una orden y lo hace mal, (no es el caso en estas primeras fases) le diremos un “no punitivo“ es un tono de voz diferente, sería algo así como un NOOO, que vendría a ser ¡eso está mal!. Recuerda nunca en la fase de aprendizaje.

Poco a poco puedes introducir nuevas distracciones en el entorno. Si ves que el perro sigue respondiendo adecuadamente aumentarás las distracciones (cambiar el entorno, etc.) y espaciando los premios poco a poco. Si tu perro comete algún error, en ningún momento deberás reñirlo, solo vuelves un paso atrás en su adiestramiento y vas más despacio.
Este ejercicio no es difícil, sólo necesitas un poco de paciencia. 


lunes, 11 de agosto de 2014

La importancia de la llamada

Una de las cosas más importantes en el adiestramiento de nuestro perro es que éste acuda en cuanto lo llames. Quien no ha visto a dueños correr detrás de su perro, repitiendo constantemente su nombre. Este es uno de los errores más comunes, si haces esto el perro pensará que estás jugando y no estará entendiendo la orden. Es importante también no repetir varias veces su nombre, ni llamarle con tono de enfado, ya que de esta forma no querrá acudir sabiendo que le espera una reprimenda.

  • Lo primero que hay que hacer es decidir de qué manera le vas a dar la orden al perro para que acuda. Lo más común es decir el nombre del perro seguido de "ven" o "ven aquí". Puedes elegir la manera que más te guste, incluso con un silbido o lo que consideres. Una vez elegido esto tienes que ser consecuente y llamarle siempre de la misma manera.

  • Lo segundo es elegir un premio para el perro que le guste: trozos de salchicha, algún juguete, etc. Y a ponerlo en práctica, le vas llamando desde distancias cortas y cuando acuda le premias. Realizar esto varias veces a lo largo del día y procurar que no haya nada alrededor que le pueda desconcentrar. 


De esta manera confirmaras la orden de la llamada, enseñándole que debe venir a tí y que cuando lo haga siempre habrá algo agradable esperándole. Esto es lo más importante porque uno de los errores más comunes es llamarle sólo cuando ha hecho algo mal y quieres regañarle o también llamarle únicamente cuando quieres atarle con la correa. Conviene ir cambiando de premio para que no asocie una cosa en concreto al ejercicio (comida, juguetes, caricias, etc).




Cuando estes seguro de que el perro ya conoce perfectamente la orden y la ha identificado con la acción que debe realizar, entonces podrás pasar al siguiente nivel.


viernes, 1 de agosto de 2014

Convivencia

Importancia de la aplicación de pautas naturales a la convivencia.

Cuando el cachorro llega a casa a las 10 semanas debemos facilitar su adaptación a esta y considerarnos continuadores lógicos del trabajo de la madre. 

Primero debemos dedicar unos días a tener contacto con el cachorro para ganarnos su aceptación, éste debe incluirnos en su grupo social. Una vez que el perro muestra afecto por nosotros, busca nuestro contacto y se alegra con nuestra presencia, entonces podemos empezar a establecernos como su guía. 


Es fundamental corregir al cachorro cuando no respeta los límites sociales, sin embargo no debemos reprenderle por no aprender acciones concretas tales como sentarse, andar al paso, etc. 

Los castigos deben ser inteligibles por el cachorro y proporcionados, es decir aplicados con una intensidad que no inhiba el aprendizaje por la aparición de estrés. NUNCA LE PEGAREMOS, ni golpearemos, ni le daremos fuertes tirones con el collar o la correa. En esta etapa es fundamental no reducir la capacidad exploratoria del cachorro y su confianza en sí mismo, ya que ambas cosas van a marcar el carácter de nuestro perro.

Si el cachorro explora sitios prohibidos o potencialmente peligrosos debemos cogerlo (sin castigarle) y llevarle a la zona donde hayamos determinado que puede estar, pero no castigarlo, ni reprenderle por explorar. Es importante también no caer en la sobreprotección que también mermará las capacidades del cachorro, para ello solo debemos apartarle de peligros reales.

(Extraído del libro Adiestramiento canino cognitivo-emocional  de C. A. López García)