Buscar este blog
martes, 23 de diciembre de 2014
jueves, 18 de diciembre de 2014
El miedo.
Una emoción muy unida a la ansiedad es el miedo porque ambas se producen cuando el perro se expone a estímulos o situaciones potencialmente peligrosas para ellos, aunque la ansiedad es el resultado de procesos internos.
Cuando un perro se enfrenta a un estímulo potencialmente peligroso por primera vez, su conducta oscila entre la curiosidad y la tendencia a la fuga hasta que se cerciora de que el estímulo no es peligroso; pero si le forzamos a enfrentarse al estímulo en cuestión, el perro reaccionará con conductas defensivas típicas de la especie, como aplastarse, por ejemplo.
El miedo tiene una función adaptativa porque prepara al perro para enfrentarse a situaciones potencialmente peligrosas. La ausencia total del miedo conduciría inevitablemente a la muerte del animal porque su sistema de alerta no funcionaría e ignoraría cualquier estímulo por peligroso que éste fuera; por lo tanto, el miedo cumple su función y es necesario. Pero el grado de miedo es decisivo; si es demasiado alto, el perro no procesará, se bloqueará o tendrá respuestas extremas y el miedo perderá su funcionalidad adaptativa. Podemos concluir que el miedo es bueno, pero el terror no.
Cada perro tiene un determinado umbral de reacción ante los estímulos del entorno; este umbral de reactividad forma parte del temperamento heredado del perro; si este umbral es muy bajo, es decir si el perro es muy reactivo hacia los estímulos del entorno, entonces hablamos de temperamento miedoso heredado. Pero el grado de reactividad hacia los estímulos del entorno también puede deberse a una falta de socialización adecuada, a un grado muy alto de sensibilidad mental o auditiva, etc. Sea cual sea el caso, el nivel de reactividad está directamente relacionado con el miedo porque los perros muy reactivos están pendientes de todo lo que sucede a su alrededor: orejas replegadas hacia atrás, cola baja... todo su lenguaje corporal indica que están siempre preparados para realizar conductas de evitación y/o escape a la mínima variación del entorno. Estos perros muestran una conducta generalizada muy poco adaptativa porque se asustan de todo, intentan huir ante cualquier estímulo: perros, personas, un cierre de persiana de un comercio, una puerta de garaje que se abre, el camión de la basura, cualquier ruido, etc; sus reacciones son tan extremas que se vuelven incontrolables y esto se convierte en un verdadero problema para sus dueños, que no saben que hacer para que estos perros superen el miedo y se vuelvan más manejables.
Antonio Paramio Miranda
... Continuaremos con el miedo.
viernes, 12 de diciembre de 2014
Las rutinas
Son muchas las circunstancias en las que un perro puede sentir ansiedad: tormentas, viajar en coche, socialización inadecuada o insuficiente antes de los cuatro meses de edad, etc., pero seguramente la causa principal de la ansiedad en los perros sea la modificación de sus rutinas.
Cualquier cambio en las rutinas del perro es una potencial causa de ansiedad: una mudanza, cambios en sus horarios de alimentación o paseos, la llegada de un nuevo miembro a la familia, etc., cualquier variación causa incertidumbre y la incertidumbre es la mayor causa de ansiedad para el perro.
Mucha gente no es consciente de la importancia que tiene establecer unos horarios y rutinas de paseos, alimentación, juego, lugar de descanso, etc., pero es realmente importante que el perro sepa con certeza qué cosas pasan y cuándo van a suceder a lo largo del día; en caso contrario, el perro está continuamente expectante tratando de averiguar cuándo va a comer o cuándo le vamos a sacar a la calle, por ejemplo.
Si, por ejemplo, sacamos al perro cada día a horas distintas, cada vez que nos levantamos de un sillón o pasemos cerca de la puerta de la calle o del lugar donde tenemos su correa, el perro nos seguirá a ver si le asamos esta vez; cada una de las veces que cree que va a salir y esto no sucede, aumenta su frustración y su inquietud. La incertidumbre, unida a la creciente frustración, hace que el perro esté progresivamente más inquieto e intranquilo y; si la situación se prolonga, los síntomas de ansiedad no tardan en aparecer. Cuando esto sucede, el perro se desestabiliza emocionalmente y su comportamiento se ve afectado debido a las sensaciones internas y a las variaciones fisiológicas que se producen; así, es frecuente que como consecuencia el perro se convierta en ladrador crónico o que muestre un problema de energía nerviosa.
(Antonio Paramio Miranda)
lunes, 8 de diciembre de 2014
Continuemos con el estrés y la ansiedad
Que los perros pueden padecer ansiedad no lo duda nadie; de hecho, todos los especialistas en problemas de conducta están de acuerdo en que muchos problemas conductuales se producen debido al estrés y la ansiedad que padece el perro en un momento determinado.
Es evidente que si un perro se carga de tensión interna, independientemente de la causa, tiene que encontrar la forma de rebajar esa tensión. Así comienzan los problemas causados por la ansiedad por separación; al perro le causa ansiedad y tensión interna quedarse solo y busca la forma de rebajar esa tensión; algunos la rebajan ladrando sin parar, otros rompiendo cosas, otros mordiendo o arañando las paredes, etc. De esta forma, las conductas que consiguen rebajar la ansiedad y la tensión interna del perro se aprenden y conservan en la memoria a largo plazo, porque éste aprende que realizando esa conducta rebaja el grado que sufre de ansiedad y, como consecuencia, se siente progresivamente mejor; por lo tanto, esa conducta pasa a formar parte del repertorio conductual del perro cuando se encuentra con estímulos que le causan ansiedad.
Evidentemente el perro debe buscar la forma de reducir la tensión para disminuir o eliminar la sensación de malestar interna y porque la aceleración del ritmo cardiaco no puede mantenerse durante mucho tiempo; así es como comienzan muchos problemas de conducta como perseguir y morderse la cola, el granuloma por lamedura, morder paredes, etc.
Podemos expresarlo así:
ESTÍMULO O EVENTO--- EMOCIÓN--- SENSACIÓN INTERNA--- SÍNTOMAS---CONDUCTA
Es evidente que ante un estímulo estrenaste, el perro sentirá miedo, aprehensión, ansiedad, etc. Lógicamente las sensaciones internas serán de agobio, desbordamiento, aceleración y malestar y éstas provocan un aumento del ritmo cardiaco, de la tasa respiratoria, etc. En función de todo esto el perro elegirá una conducta destinada a eliminar la ansiedad y todos los factores negativos que padece en ese momento y, como hemos señalado, si la conducta consigue rebajar el grado de ansiedad, el perro recurrirá a ella en otras circunstancias que le generen ansiedad.
Texto extraído de Psicología del aprendizaje y adiestramiento del perro de Antonio Paramio Miranda.
Texto extraído de Psicología del aprendizaje y adiestramiento del perro de Antonio Paramio Miranda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)