Un problema frecuente en nuestros perros que aparece durante su
desarrollo es la ansiedad por separación. Esta alteración del
comportamiento aparece en cachorros, normalmente a partir de los seis meses de
edad, y se manifiesta con episodios destructivos, micción y defecación en casa,
cuando los dejamos solos.
La mayoría de los casos es de baja intensidad, y el propietario lo atribuye
a querer llamar la atención y venganza, y trata de resolverlo con soluciones
que, por desconocer el origen del problema, solo consiguen evitar los efectos,
pero agravan la alteración; no dejarlo solo, dejarlo atado o encerrado,
castigarlo, etc.
El cachorro, al nacer, depende totalmente de su madre y se relaciona con
ella y sus hermanos. Tras el destete, esta dependencia comienza a disminuir y
continúa el aprendizaje junto a ellos, juegos de caza, estructura jerárquica,
etc, y lentamente el cachorro va siendo más independiente, y sobre los seis
meses de edad cambia la relación materno-filial para integrarse dentro de la
estructura jerárquica.
Al retirar ese cachorro de su madre y hermanos e integrarlo dentro de
nuestra estructura familiar, distinta a la suya natural, y la lógica tendencia
a cuidarlo y protegerlo, no favorecemos que se produzca esa fase de desapego (MUY IMPORTANTE), y
cuando lo dejamos solo desencadena una situación de ansiedad que estalla con
esos comportamientos destructivos.
Cuando aparecen los primeros problemas, es importante no esperar a ver si
se pasa, y recurrir al especialista antes de que aumente la intensidad y la
solución sea más difícil.
La mayoría de las soluciones caseras son totalmente opuestas al manejo
correcto y agravan el problema.
Existen tratamientos médicos para disminuir estas situaciones de ansiedad,
pero muchas veces no son necesarias y SIEMPRE tenemos que usar técnicas
de modificación de conducta.
La idea central de estas técnicas es evitar que se desencadene esta
ansiedad al dejarlo solo, y no "premiársela" al regresar.
El perro percibe, por nuestra conducta, el momento en que
se va a quedar solo, y comienza a generar ansiedad, que
se incrementa al marcharnos.
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