Estos días, y una serie de circunstancias, me han hecho aprender muchas cosas. Aprender que todavía queda gente que lucha por lo que quiere, gente que dedica su tiempo, su energía y su entereza a defender a los indefensos y a aportar kilos de arena, en lugar del granito que nos toca a cada uno.
Gente que desinteresadamente vela por otros intereses, que no son necesariamente los suyos, y que no se detiene ante el cansancio, la fatiga o la desesperanza. Gente anónima que no lo hace por ponerse medallas y que no le importa estar solo en la batalla. Gente con ilusión, con amor (y no precisamente al arte), con ideales, con esperanza, con positivismo, gente con corazón.
De verdad gracias por estar ahí y por enseñarnos a todos esta lección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario