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jueves, 18 de diciembre de 2014

El miedo.


Una emoción muy unida a la ansiedad es el miedo porque ambas se producen cuando el perro se expone a estímulos o situaciones potencialmente peligrosas para ellos, aunque la ansiedad es el resultado de procesos internos.

Cuando un perro se enfrenta a un estímulo potencialmente peligroso por primera vez, su conducta oscila entre la curiosidad y la tendencia a la fuga hasta que se cerciora de que el estímulo no es peligroso; pero si le forzamos a enfrentarse al estímulo en cuestión, el perro reaccionará con conductas defensivas típicas de la especie, como aplastarse, por ejemplo.

El miedo tiene una función adaptativa porque prepara al perro para enfrentarse a situaciones potencialmente peligrosas. La ausencia total del miedo conduciría inevitablemente a la muerte del animal porque su sistema de alerta no funcionaría e ignoraría cualquier estímulo por peligroso que éste fuera; por lo tanto, el miedo cumple su función y es necesario. Pero el grado de miedo es decisivo; si es demasiado alto, el perro no procesará, se bloqueará o tendrá respuestas extremas y el miedo perderá su funcionalidad adaptativa. Podemos concluir que el miedo es bueno, pero el terror no.

Cada perro tiene un determinado umbral de reacción ante los estímulos del entorno; este umbral de reactividad forma parte del temperamento heredado del perro; si este umbral es muy bajo, es decir si el perro es muy reactivo hacia los estímulos del entorno, entonces hablamos de temperamento miedoso heredado. Pero el grado de reactividad hacia los estímulos del entorno también puede deberse a una falta de socialización adecuada, a un grado muy alto de sensibilidad mental o auditiva, etc. Sea cual sea el caso, el nivel de reactividad está directamente relacionado con el miedo porque los perros muy reactivos están pendientes de todo lo que sucede a su alrededor: orejas replegadas hacia atrás, cola baja... todo su lenguaje corporal indica que están siempre preparados para realizar conductas de evitación y/o escape a la mínima variación del entorno. Estos perros muestran una conducta generalizada muy poco adaptativa porque se asustan de todo, intentan huir ante cualquier estímulo: perros, personas, un cierre de persiana de un comercio, una puerta de garaje que se abre, el camión de la basura, cualquier ruido, etc; sus reacciones son tan extremas que se vuelven incontrolables y esto se convierte en un verdadero problema para sus dueños, que no saben que hacer para que estos perros superen el miedo y se vuelvan más manejables.

Antonio Paramio Miranda

... Continuaremos con el miedo.

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