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jueves, 11 de septiembre de 2014

Prevención de la ansiedad por separación



Lo mejor que podemos hacer es prevenir este problema antes de que se desarrolle.

  • Es muy importante conseguir que el perro no esté excesivamente apegado a sus dueños, para lo cual es conveniente acostumbrarle a quedarse solo. Es aconsejable hacer salidas graduales.
  • Cuando nos marchamos de casa no debemos decirle nada al perro, sobre todo cuando nos ha estado siguiendo durante los preparativos a nuestra salida y notamos que está ansioso o triste. Siempre que notamos a nuestro perro que está nervioso o alterado por algo, comentemos el error de intentar calmarle acariciándole, consiguiendo así el efecto contrario. El perro debe notar que a su dueño no le preocupa esa situación y así conseguiremos que él también se despreocupe.



  • A nuestro regreso a casa no realizaremos saludos efusivos e ignoraremos al perro hasta que se haya calmado, una vez que esté tranquilo le llamaremos y le diremos que se siente y entonces le saludaremos. Esto también es útil para evitar que moleste a las visitas, evitando así que salte encima de la gente, ya que esta es una mala costumbre. 
  • Es importante acondicionarle al perro un lugar exclusivo para él donde aprenda a sentirse seguro. Con sus juguetes, su sitio donde dormir y donde nadie le moleste. Se le podría dar un juguete especial, para que se mantenga entretenido hasta nuestro regreso. Es recomendable que ese juguete especial se pueda morder o rellenar de comida, existen muchos juguetes interactivos en el mercado que conseguirán mantenerlo distraído. Se aconseja dosificarle los juguetes y no sacarlos todos a la vez, porque conseguirán que pierda el interés por ellos. Si cada semana le sacamos un juguete que teníamos guardado, cuando lo vuelva a ver le hará la misma ilusión que si fuera nuevo.
  • Basar la relación con el dueño a través del control en obediencia, fomentando la relación a través de las órdenes, nos ayudará a mejorar determinadas situaciones como conseguir aumentar el control sobre la orden de quieto hasta poder dejarle solo fuera de nuestra vista y en otra habitación.
  • No se debe permitir que el perro obtenga la atención con exigencia. Cuando el perro se acostumbra a conseguir lo que quiere ladrando, gimoteando o empujando es más probable que esté ansioso cuando esté solo y no pueda conseguir atención social. Los dueños pueden prestar al perro la atención que desean, pero siempre según su criterio y no por exigencia del animal.

La ansiedad por separación es un problema molesto y grave, cuando un perro ladra durante horas hasta que regresa su dueño, con la crispación que puede suponer esto para los vecinos. Sin embargo cuando la modificación de conducta se hace correctamente es uno de los problemas de comportamiento que mejor se resuelve.



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