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viernes, 13 de marzo de 2015

Dominancia.

Del libro Dominancia ¿Realidad o ficción?, de Barry Eaton


La definición humana de dominancia.

De acuerdo con el diccionario de la Real AcademiaEspañola, se define como dominante aquel que tiene una influencia de mando sobre...; el que es más influyente o visible... manteniendo una posición de mando sobre los demás.

Si aplicamos estas definiciones a nuestros perros les estamos aplicando valores humanos. Se podría argumentar que un perro agresivo tiene una fuerte presencia y se muestra influyente, algo a lo que inicialmente no tendría nada que alegar. Pero el perro no ha tomado una decisión consciente para tener esa fuerte presencia y mostrarse influyente del mismo modo en que una persona puede decidirlo. No debe confundirse la agresividad de los perros con "dominancia" son cosas totalmente distintas.

Nosotros tenemos la opción de decidir, mientras un perro no puede tomar esa decisión de forma consciente. Por lo tanto, la definición humana de dominancia no es aplicable a nuestros perros.

Mucha gente cree que si un perro muestra agresividad hacia su amo está siendo dominante y por lo tanto tratando de ascender en su estatus. Desde luego que existe una expresión "agresión por dominancia", pero no implica que el perro esté tratando de elevar su estatus. La Dra. Karen Overall ha definido la agresión por dominancia como la "intensificación de cualquier respuesta agresiva por parte del perro con una corrección o interrupción pasiva o activa de su comportamiento o acceso a éste". Esto significa simplemente que si un perro sufre ansiedad debido a la actitud de la gente hacia él, podría volverse agresivo.


No obstante, dado que la agresión por dominancia se basa en algún tipo de problema de ansiedad, la Dra Overall ha redefinido el término como "control del impulso de agresión". Los perros no son agresivos de forma impulsiva si tienen un temperamento equilibrado, han sido socializados y no han sufrido malos tratos. Pero sabemos que algunos perros pueden ser "avasalladores": prueban continuamente los límites para ver hasta dónde pueden llegar.

Para corroborar los puntos de vista de la Dra Overrall, Lindsay afirma "Muchas expresiones de agresividad que se diagnostican en la actualidad como agresión por dominancia tienen como objetivo evitar algo que se percibe como aversivo, más que intentar establecer o mantener un estatus social".

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